Ecología Queer

Mar 26, 2014 by

Las lecturas de este jueves 27 son las siguientes tres. La primera está en el vínculo que dice «Ecología Queer». Las segundas en scribd. La única obligatoria es la primera.

Ecologias queer

http://es.scribd.com/doc/214570923/Ecology-Toward-a-Queer-Ecofeminism
http://es.scribd.com/doc/214570930/Pmlamorton2010-Libre
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  1. La concepción de la naturaleza tiene dos bases: la construida socialmente y la existente fuera de la mente humana. Si partimos de esta diferenciación el artículo de Greeta Gaard (Toward a Queer Ecofeminism, 1997) puede cobrar sentido. La distinción entre el dominante y el dominado se hace evidente desde el principio del ensayo. El papel del dualismo construye una identidad de subordinación que penetra en la forma de ser del humano para forjar una relación contrastante: la existencia de blanco únicamente frente un fondo negro.
    Dentro de los estudios de género se formulan varios conceptos que van de la mano con estudios sobre la sexualidad. Al hacer la comparación de la “sexualización de la naturaleza” Gaard descubre que hay principios del feminismo subyacentes en la sociedad occidental que pueden ser utilizados para un discurso ambientalista. Aunque este discurso nunca sale a luz, puede inferirse que está relacionado con la estructura de poder occidental. La conquista, el colonialismo y el imperialismo están sujetos a justificaciones que algunos sociólogos encuentran aplicados a la justificación del rechazo de los queer. Gaard, en una oración que parece resume su búsqueda, declara que hay una contradicción entre lo que la sociedad occidental “exige” del género y el concepto de lo “natural” que esta misma construye.
    Parece ser que la construcción social del concepto de lo “natural” está arraigada en formulaciones conceptuales que someten al mundo rural ante el yugo de la civilización. Las formas de vida están siempre en pugna en el mundo: el patrón, el esclavo; el conquistador, el nativo; la civilización, la naturaleza. Este mundo de oposiciones son la base para el conflicto entre lo dominante y lo subversivo. A esta subversión puede ser que Gaard atribuya la importancia de los estudios de género: para entender cómo es que el “dominante” busca justificar su explotación del subyacente.
    Esta dicotomía de opuestos se puede aplicar, después de una extrapolación falaz, a la relación imperialista de la hegemonía estadounidense ante el denominado tercer mundo. Es evidente que Gaard nación y se crió en el seno de una cultura citadina e intelectual de una urbe occidental. Al no entender cómo es la vida en un mundo rural entiende la dominación como componente de la estructura filosófica occidental aplicada al mundo salvaje. Simpatiza con los pobres, con los indígenas con los pueblos nativos de la misma manera que siente represión por parte de los heterosexuales.
    Aunque pueda ser provechoso entender cómo es una relación de dominancia entre las culturas humanas para entender los modelos de explotación industriales del “tercer mundo”, estos estudios se quedan cortos antes de la extrapolación de una concepción subjetiva de la relación humana entre géneros hacia una modelo de económico forjado posteriormente al desarrollo de los Estados Unidos. El “esclavo” es concebido como un tipo y no como un individuo. Al enajenarlo de su individualidad, Gaard trata esta esclavitud como prototipo de todas las relaciones de dominancia. No es posible generalizar la degradación ecológica bajo un esquema de generalización que no trate cada caso como un suceso particular, con componentes distintos y procesos particulares.
    Defiende muy bien la postura integral de una defensa de los derechos de género y una crítica a las concepciones occidentales del dominio. Sin embargo, el artículo parece ser una justificación “naturalista” de por qué es injusto el racismo y no una propuesta a cómo “proteger” el ecosistema. Es difícil integrar un estudio sobre género en las sociedades industriales al funcionamiento ecológico de los ecosistemas rurales del “sur”.

  2. A lo largo del curso, precisamente se ha tratado de ver esta irrompible relación que existe entre la naturaleza y la sociedad, sien embargo, como nos menciona el texto, esta relación se encuentra generalmente denotada por una ideología patriarcal y de heterosexista. Por esto, la Ecología queer busca integrar maás ciencias sociales y humanas que tengan que ver con el feminismo, el activismo LGBT (clasificados como "contra-natura") y evolución.
    Lamó mucho mi atención el jemplo del "camino verde" en Cd. Universitaria, porque quizá no lo hubiera podido relacionar antes como un ejemplo dentro de la ecología queer, donde como bien se menciona, muestra que la conservación no es prioritria a la erradicación de una serie de conductas que están mal vistas por la sociedad.

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