Galindo. M. No se puede descolonizar sin despatriarcalizar.
“No se puede descolonizar sin despatriarcalizar”, un ensayo de María Galindo desde Bolivia
“NO SE PUEDE DESCOLONIZAR SIN DESPATRIARCALIZAR”, UN ENSAYO DE MARÍA GALINDO DESDE BOLIVIA
La idea de que lo único que nos hace falta a las mujeres en el capitalismo es una serie de derechos a adquirir y por lo tanto el contenido de la lucha se resume en formas de inclusión dentro del proyecto hegemónico, es la idea más perversa y conservadora de cara a las luchas feministas en el mundo .
María Galindo (1964) es una activista feminista boliviana, conocida por ser una de las fundadoras de la colectiva anarquista feminista Mujeres Creando. En 2013 publicó su segundo libro, No se puede descolonizar sin despatriarcalizar. Teoría y propuesta de la despatriarcalización, que constituye una lectura extremadamente lúcida de las intersecciones entre feminismo y poscolonialismo en la actualidad.
Con un lenguaje ameno al mismo tiempo que agudo, este maravilloso ensayo lo prologan la antropóloga Irene Silverblatt y la escritora Silvia Federici. María critica los procesos de oenegeización e institucionalización del feminismo en Latinoamérica, que han dado lugar a una “tecnocracia de género”, algo en lo que coincide con Julieta Paredes, ex-integrante de Mujeres Creando.
Frente a esa tecnocracia de género es necesaria una verdadera revolución social que aglutine diferentes identidades, que reivindique formas de ser y de estar sin caer en sensacionalismos, en pretendidas autenticidades que terminan imponiéndose de forma autoritaria. Imposible no centrarse en la actualidad boliviana, criticando duramente la supuesta descolonización que lleva a cabo el gobierno de Evo Morales y que, sin embargo, deja a las mujeres en un segundo plano. Es por eso que no se puede descolonizar sin despatriarcalizar.
Libertad para las mujeres, en definitiva; y una Constitución Política Feminista del Estado, por la que luchan diariamente en Bolivia.
Es este un libro contra los límites, a favor de las diferencias pero también de la necesaria unión entre mujeres, eso sí; no a cualquier precio. Imprescindible resulta hoy situarnos en relación a nuestro propio contexto y nuestra condición socioeconómica y cultural. Un debate abierto en los feminismos al que María Galindo aporta, sin duda, una necesaria crítica al feminismo importado de Occidente.
¡A despatriarcar! es el título que ha sustituido a No se puede descolonizar sin despatriarcalizar y fue publicado por lavaca editora en 2014.
La autora afirma que la teoría es algo poderoso. Pensaría que su libro presenta teorías, sin embargo admite que es contradictorio porque así también lo es la realidad que vivimos. Pero si esa realidad la queremos cambiar y, dicho cambio, va aunado con la teoría entonces, pensaría que el que teoriza debe intentar salirse de esa realidad y apostar por la coherencia. Afirma que su movimiento es una fábrica de justicia que genera ilusiones, y eso como para qué. Para qué formarse más ilusiones, que ya de por si todos tenemos, lo que desaseamos es un cambio real.
Que la escritora se reconozca como feminista por el hecho de que causa incomodidad en otros, parece algo divertido, sin embargo, como ella lo describe parece que la vida de las feministas está difícil pero que de alguna manera disfrutan el rechazo de los demás, que eso hace que se reafirmen sus ideales así como el que está ampliamente tatuado/a o/y perforado/a, en donde el rechazo puede llevar a desear más tatuajes y/o perforaciones.
El feminismo que ella apoya va en contra del sistema. Sin embrago, me parece que no hay que satanizar al estado, a final de cuentas, los servicios de salud pública me parecen en gran medida buenos. Si no existieran grandes organizaciones difícilmente se tendría acceso a la tecnología y servicios que hoy por hoy se pueden disfrutar. Además aunque las Onegés y el estado no sean cunas de pensamiento sí lo son de acción en diversas ocasiones, tanto para bien como para mal. Pero el pensamiento puede darse en la zona donde hay académicos, quienes, como ella dice, no deben de cerrarse tanto a lo nuevo, a lo que está pasando en el mundo en la actualidad. Sin embargo, sí hay situaciones del sistema que horrorizan como cuando el gobierno peruano realizó esterilizaciones coercitivas como parte de programas con “perspectiva de género”. También menciona el que diversas mujeres estén endeudadas con microcréditos, creo que también puede ser el caso de los hombres, por ello creo que hay que concentrarse en educación administrativa. No se a qué se refiera con la bancarización del movimiento económico. Pero lo toma como un punto bueno para la microrrebeldía femenil. Pero, entonces, ¿qué se espera que el estado no incluya ideas feministas porque esas ideas no son exactamente las que la escritora y su grupo, entre otras, consideran correctas? ¿no son esfuerzos y pasos hacia un camino más equitativo? Sin embargo, sí entiendo su punto, en cuanto a que algunas nos hemos llegado a conformar fácilmente con ciertas leyes y la creación de instituciones para mujeres.
No sólo las mujeres hacen trabajo medio forzado, los hombres también están privados de su libertad, es la falta de dinero la que no da la libertad de elegir. También hay hombres que migran en busca de mejores oportunidades, quizá no a trabajos domésticos pero que tal las minerías, el trabajo en el campo, etc. Coincido en que hay varias personas que viven marginadas del estado, que no son consideradas por éste y que deben buscarse la vida por otro lado.
Concuerdo con que en diversas ocasiones el dinero manejado por las onegés está mal utilizado y termina siendo un despilfarro del mismo. Es importante que si se trabaja con comunidades, los integrantes de las mismas también opinen sobre cómo se está utilizando el dinero.
Se ha escuchado mucho sobre Evo Morales, principalmente por el asombro de que un indígena fuese presidente. Lo que me parece lógico es que aunque pueda llegar a tener buenas ideas, no es perfecto. Es importante considerar que el que una persona sea indígena, mujer, o parte de cualquier grupo reprimido cuando llega al poder se puede deslindar de muchas luchas, además de que formar parte de alguno de esos grupos no te hace una persona que en el fondo estés convencido de buscar lo mejor para todos, quizá sólo les interese el grupo al que pertenece o ellos mismos. No hay que creer que la lucha está ganada cuando llega un negro, un indígena, una mujer a cargos políticos, hay que fijarnos más bien en la persona, sus ideales y sus acciones.
No entiendo el deseo de ponerle tanta rabia y odio a la lucha, creo que los cambios se pueden llegar con acuerdos tranquilos sin necesidad de tanta agresividad, siempre y cando las partes escuchen y sepan expresarse. Por supuesto el empoderamiento es necesario y la búsqueda de la autoestima, sino los problemas de ahora se convertirán en otros por que las personas que estamos involucradas estamos muy mal psicológicamente. Sin duda la prepotencia es la característica de la inseguridad, y en general somos seres muy inseguros.
Cuando menciona lo de que las fruteras del mercado les gustaría repudiar e impugnar los privilegios masculinos, creo que debemos de recordar que ello también es promovido por ellas, cuando educan a sus hijos con bastante diferencia en relación a como tratan a sus hijas. Menciona que las mujeres en el poder cumplen con su rol de madre y esposa exitosamente pienso en Angela Merkel que de hecho está divorciada. Más bien diría que ella está un tanto masculinizada, pero sobre ello no habla mucho el tema. Me gustaría que se explicara más sobre la tecnocracia de género, término que no entendí bien.
Honestamente mi conocimiento sobre el feminismo es muy poco. No sabía que en la revolución francesa hubo mujeres que lucharon por sus derechos y se les fueron negados. Pero en el texto recuerda ello como eurocentrismo, academia europea y estadounidense, pues es como si las ideas del feminismo nacieran de ahí y sólo las copiasen las demás mujeres, la autora señala que las luchas han sido locales y con ideas propias también. Que han existido, existen y existirán diversos feminismos en diversos tiempos y culturas. Dice que este feminismo es original por nacer en las calles como movimiento y porque además son teóricas-activistas. Mi opinión es que en México se han visto muchas marchas sin trascendencia, sin embargo, en clase ya señalaron que este grupo si ha formado una comunidad alejada del sistema, ello ya me parece un mérito. Algo positivo en México, al menos en el ex Distrito Federal, hoy Ciudad de México, la libertad sexual, me parece va por buen camino y creo que como mujer estamos mejor que en la época de nuestras abuelitas.
La frase “Nuestra capacidad de reírnos es una de nuestras mas poderosas armas” me parece muy bella, aunque no me he dado cuenta de ello en mi vida, o quizá un poco cuando una persona está feliz a pesar de que otra la quiere oprimir y hacer infeliz es algo muy fuerte, y ello deja casi sin forma de actuar a la otra.
Qué importa si primero es la despenalización de matrimonios homosexuales o la del aborto, ambos son pasos a las libertades individuales. Creo en el aborto, pero como última opción, pero claro que estoy de acuerdo con que sea legal, acompañado de una gran educación sexual, no sólo de cómo utilizar los anticonceptivos si no a la libertad de decisión. Creo que si alguien no puede ser responsable de sí mismo, entonces no tengas hijos por favor. Si no, cada vez se forman más personas bastante dependientes.
No me gusta que ponga que la prostitución es una muestra de la violencia machista, independientemente del modelo del que estemos hablando. Creo que hay que aceptar que existen países, con culturas que ya se acercan un poco más al bienestar y seguridad de la mujer sexo servidora, y, en general, de sus pobladores. Concuerdo con que el trato a la puta es la demostración de como el estado actúa con las mujeres de la nación. Así como el trato al vagabundo, al negro, etc.
No sé de dónde saca que en cualquier lengua mujer quiere decir dignidad, es mejor pensar que ser humano quiere decir eso.
En mi opinión los datos son importantes para ver qué tano se ha avanzado, de lo contrario cómo se mide el progreso o el retroceso, por tanto la estadística tiene su papel. Cuando habla de la mirada cómplice que ve en donde están las mujeres en su país me gusta que hable aceptando su limitación de conocimiento de otros países, y así su parte subjetiva, la que no requiere de la estadística para hablar, pero si de una gran experiencia.
Me encanta pensar que las feministas, al menos estas, buscan también la comodidad en el vestuario, me gustaría un mundo así. Quiero aceptar que a mi sí me gustaría ser como mi madre en varios aspectos. Además me pregunto si será cierto que en la balanza de los deseos pesa más la libertad. Creo que el mundo nos da más de un ejemplo de lo contrario.
Es genial como las mujeres han encontrado salirse del sistema, como también lo ha hecho el “viene viene” de la esquina. Lo interesante es como las mujeres han hecho de la calle su hogar, y han extendido sus servicios de amas de casa a otras personas que no son sus familiares.
Me parece que el estudiar y trabajar de las mujeres no es siempre un juego existencial personal de satisfacción, sino que también es lo que hoy por hoy espera el sistema-sociedad esperan de ti.
Mi abuelita le gusta ser ama de casa, lo prefirió y lo prefiere que trabajar afuera, a una tía también. Dicen que la calle es dura, que te hace fuerte pero raspa. Aunque afirman que también hay gente traumada detrás de un delantal, me dijo mi abuelita. En cambio mi madre si lo odiaba, a ella le gustaba salir a trabajar y conocer gente y lugares.
Me encanta la frase de “no soy la mujer de tu vida porque soy la mujer de mi vida”. En el pasado, y quizá a veces en el presente, pensaba en qué iba a hacer para ser una mejor mujer para mi futuro marido, en qué haría para gustarle más y que no me vaya a querer cambiar por otra mujer. Pero ahora soy más de pensar en que no me interesa lo que alguien más quiera de mi, mi vida, mi tiempo, mi cuerpo son míos y sólo yo debo de decidir lo que quiero hacer con ellos. A la única persona que le debo ser fiel es a mi misma.
La figura icónica de la divorciada es agradable y desagradable. En ocasiones, leyendo el texto, ya quería ser divorciada. No sé de dónde saca que ducharse es uno de sus placeres más profundos e irrenunciables de las divorciadas.
En el texto dice que ese movimiento es una fábrica de justicia abierta para que todas las que quieran puedan ser obreras y me pregunto ¿no que se querían salir del sistema? Supondré que en ese sistema no habrá obreros ni obreras.
María Galindo nos habla del plagio o rapiña (como ella lo llama) de ideas y conceptos por parte del estado, ideas robadas que no cumplen con el verdadero objetivo con el que fueron creadas. Nos habla de la desfiguración y confusión que ha hecho el gobierno del término “despatriarcalización” demostrando así la pobreza de pensamiento que existe dentro del gobierno, las oenegés, por lo cual los ha llevado a la apropiación de todo aquello que se produce fuera de sus instituciones.
Esta rapiña no solo se queda en eso, además de apropiarse del término, puede reflejar una imagen falsa sobre los protagonistas de lucha, podría haber una apropiación no solo de palabras si no del horizonte por el que se pelea, junto con su fuerza conceptual y argumentativa de un movimiento.
Es bien sabido que ninguna idea ha sido creada dentro de las instituciones, oenegés ni nada del estado, es por eso que hace también un llamado a que los estudiantes lean otros textos, que volteen a esas otras voces que no se encuentran dentro de sus universidades.
Actualmente la palabra feminista sigue interpretándose como un termómetro de rebeldía, y a nivel social como aquellas que son enemigas de los hombres. La autora se reconoce como feminista, ya que el feminismo aún resulta en ideas peligrosas, incluso lo describe como un compuesto químico que con solo unas gotas es capaz de agrietar cualquier ideología para así, dejarla al descubierto en sus contenidos patriarcales.
Dentro de las instituciones lo único que se ha hecho es otorgar beneficios a las mujeres, pero aquí la pregunta no es que se ha ganado, la pregunta es que se ha perdido, y que se sigue perdiendo en esta lucha, la respuesta es: la pérdida del lenguaje de lucha, el horizonte de lucha, se está sufriendo un tipo de disolución de las luchas y lenguajes feministas.
Por otra parte, se habla de la diferencia que existe entre un feminismo y una búsqueda de igualdad de géneros, ya que esta segunda implica la integración de las mujeres a las reglas y estándares de los hombres, es buscar un hueco dentro del patriarcado, mientras que el feminismo busca despatriarcalizar.
El feminismo nace en las luchas de mujeres en el contexto de la Revolución Francesa de 1784, planteando los derechos humanos de las mujeres y la necesidad del reconocimiento de manera específica y diferente la presencia de las mujeres. En el siglo XIX su influencia llegaría a Latinoamérica.
En general se entiende por feminismo como el conjunto de luchas y rebeldías de las mujeres tanto individuales y colectivas para enfrentar y desobedecer los mandatos patriarcales, luchas acontecidas en todas las culturas, sociedades, regiones y tiempos.
Este libro me gustó mucho, me ayudo a entender muchas cosas sobre el feminismo más allá de la idea de igualdad de géneros, me gusta por la manera en la que se expresa, con nada más que la verdad, pero como ella misma lo dice “El feminismo tiene una multiplicidad de voces, una complejidad de visiones y una historia aún pendiente de escribir”(Galindo, 2013).
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