En este libro,Daly y Farley nos platican que la economía ecológica tiene tantas cosas en común como diferencias con la teoría económica neoclásica. Aclaran que un rasgo común muy importante es precisamente la definición de la economía antes mencionada. Advierten que podrán existir desacuerdos alrededor de lo que es escaso y lo que no lo es, o sobre los mecanismos de asignación de recursos: pero para estos autores no hay disputa sobre el hecho de que el objeto de la economía es el empleo eficiente de recursos escasos para fines alternativos.
Sin embargo, las cuestiones de la escasez con respecto a los recursos naturales van en gran medida sin respuesta en el estudio de la economía, por ejemplo, la economía tradicional no explica cómo las empresas seguirán funcionando sin combustibles fósiles, o cómo las personas cambian sus decisiones de compra cuando el agua limpia ya no estará disponible. La economía ecológica es un campo que intenta responder a algunas de estas preguntas y por eso es de gran importancia para los estudios de conservación.
La economía ecológica es un paradigma alternativo a la economía neoclásica. Su diferencia radica en que la economía ecológica se apoya en las leyes de la termodinámica para discutir los flujos económicos como las inyecciones y las filtraciones, para discutir el tamaño óptimo de una actividad económica y para evitar las falacias de razonamiento. La segunda ley de la termodinámica o ley de entropía establece que el calor fluye en dirección hacia el cuerpo más frio hasta alcanzar el equilibrio de temperaturas. Para que suceda lo contrario debe intervenir una fuerza de fuera del sistema con el efecto de aumentar la entropía total de los dos sistemas. Sí, eso está muy bien pero que tiene que ver con la economía. Para empezar la economía estudia la asignación óptima de recursos escasos entre fines alternativos, por ejemplo, como destinar una hectárea a la producción de lechugas o de maíz es cosa que se resuelve con una medición del beneficio que reporta cada unidad de lechugas o de maíz y como varían estas condiciones. Es muy importante medir el volumen de producción y la eficiencia con que se produce. No basta con decir que se puede sacar provecho de la producción con fertilizantes porque la medición en términos energéticos diría que una plantación mixta es más rentable, aunque no produzca tantos ingresos.
Daly es un buen maestro porque logra que en la lectura introductoria nos percatemos del debate en el seno de la economía y la propuesta del paradigma de economía ecológica. La visión de economía ecológica critica el imperialismo económico pero también el reduccionismo ecológico, se trata de una postura, no intermedia, pero si sintética porque logra sacar frutos del diálogo entre las ciencias sociales y las naturales.
La economía ecológica es un paradigma alternativo a la economía neoclásica. Su diferencia radica en que la economía ecológica se apoya en las leyes de la termodinámica para discutir los flujos económicos como las inyecciones y las filtraciones, para discutir el tamaño óptimo de una actividad económica y para evitar las falacias de razonamiento. La segunda ley de la termodinámica o ley de entropía establece que el calor fluye en dirección hacia el cuerpo más frio hasta alcanzar el equilibrio de temperaturas. Para que suceda lo contrario debe intervenir una fuerza de fuera del sistema con el efecto de aumentar la entropía total de los dos sistemas. Sí, eso está muy bien pero que tiene que ver con la economía. Para empezar la economía estudia la asignación óptima de recursos escasos entre fines alternativos, por ejemplo, como destinar una hectárea a la producción de lechugas o de maíz es cosa que se resuelve con una medición del beneficio que reporta cada unidad de lechugas o de maíz y como varían estas condiciones. Es muy importante medir el volumen de producción y la eficiencia con que se produce. No basta con decir que se puede sacar provecho de la producción con fertilizantes porque la medición en términos energéticos diría que una plantación mixta es más rentable, aunque no produzca tantos ingresos.
Daly es un buen maestro porque logra que en la lectura introductoria nos percatemos del debate en el seno de la economía y la propuesta del paradigma de economía ecológica. La visión de economía ecológica critica el imperialismo económico pero también el reduccionismo ecológico, se trata de una postura, no intermedia, pero si sintética porque logra sacar frutos del diálogo entre las ciencias sociales y las naturales.
Cuando yo decido comprar un tarro de Nescafe, la elección me ha negado la posibilidad de comprar una bolsa de café orgánico. Esta forma de pensar esquematiza el costo de oportunidad. El costo de oportunidad quiere decir la oportunidad que debe ser desechada de mayor importancia cuando realizamos otra elección. Pero ¿qué pasa cuando una acción daría como resultado un ingreso y no un costo? Por ejemplo, si yo decido contratar trabajadores para que hagan dulces he afectado mi oportunidad de hacerlos yo mismo y ahora tendré que pagar por ello, pero aun asi, lo normal es que reciba utilidades y no me halla cansado mucho en el intento. ¿Quiere decir que el costo de oportunidad lo cargan terceras personas? Después de todo que justifica que yo sea el dueño de todo el producto si solo fueron mías las materias primas y las máquinas y no el trabajador, pues este es un hombre libre. Si con esta producción afecte el medio ambiente además, el mercado no estaría mandando las señales adecuadas para que yo me detuviera.
Los economistas convencionales estudian la economía de un país como si fuera un flujo circular cerrado de bienes y servicios y dinero, pero en estos esquemas no existe un medio ambiente con el cual se relacionen por lo que el esquema es una abstracción no arbitrada. Daly propone que la economía sea estudiada como un sistema termodinámica cerrado, es decir como un sistema que recibe energía del exterior proveniente del sol pero que no recibe materiales. Criticar el modo cuadrado de pensamiento es la primer tarea de la economía ecológica. Esto es importante porque del esquema parte la contabilidad social de los ingresos de las familias, los impuestos del estado y de las utilidades de las empresas, desde que no consideran que la economía es un sistema cerrado sujeto a la ley de la entropía, los economistas no disponen de una norma científica para medir costos e ingresos y es así como pueden confundirlos y pasar un consumo de capital natural por inversión financiera.
El subsistema en estado estacionario fue pensado hace tiempo por JS Mill con lo que daba a entender que la población y el capital cesaron de crecer. Los economistas distinguen entre crecimiento y desarrollo, se piensa que en un estado estacionario el desarrollo no se detiene. Los discursos políticos dicen lo contrario, se repite una y otra vez que se requiere más empleo, más presupuesto, más de todo para eliminar las desigualdades y la pobreza económica que sufren los países subdesarrollados. Alguien está mintiendo.
La visión de un mundo lleno hace plausible al estado estacionario porque las fronteras de nuestro planeta no pueden ser superadas, no se puede consumir más de ciertos recursos que se encuentran en proporciones fijas y no pueden ser renovados en millones de años. Seguir creciendo implicaría usar más de estos recursos que tarde o temprano se agotaron y eso sí sería cancelar el desarrollo. Pero cómo seguir desarrollando el potencial humano sin crecer. No crecer equivale a mantener las cosas como están y esto por si solo conlleva un gasto, gastar recursos para darle mantenimiento al capital y sustento a la población, implicaría mantener las desigualdades entre los países estancadas, pues quien querría vivir en el Sahel pudiendo vivir en California.
Es más lógica la propuesta del estado estacionario pero creo que no basta, hacen falta profundas reformas distributivas en este mundo y hace falta también reducir algunas cosas para producir más de otras, menos armas y más pan para empezar.
Una asignación Pareto eficiente es aquella que se da cuando los recursos que poseen las personas no pueden ser redistribuidos sin que empeore la posición de alguien. Esto es una verdad de Perogrullo. Quien querría que le quitaran algo para dárselo a alguien que no conoce y quien sería este ente todopoderoso. Los economistas neoclásicos dicen que el mercado lo hace todo, pero el mercado no es una persona sino el agregado de decisiones individuales que llevan a un resultado social el mejor de todos los posibles. Esta forma de pensar es muy parecida a la letania de la abuela que dice que se hace la voluntad de Dios. Pero además de todo, sabemos que los neoclásicos son unos tecnócratas que rehúyen ante las desinformadas decisiones del pueblo sin educación. Daly sabe explotar las deficiencias pre analíticas del pensamiento neoclásico, sabe reconocer sus pocos aciertos y da como resultado la economía ecológica que es un estudio de la asignación eficiente de recursos escasos a fines alternativos atendiendo las leyes de la termodinámica.
El PIB es la medida de cuanto han costado todas las mercancías que un país produjo en un año, se reporta trimestralmente y es señal de alarma en los noticieros. Pero el PIB dice muy poco de cómo se sienten los habitantes del país durante un año. La economía ecológica critica el imperialismo económico que trata de subyugar toda la diversidad del mundo hasta verla reducida a medidas monetarias, para esta crítica es imposible determinar cuánto cuesta un árbol, tal especia, o paisaje sin que con ello se cometa un error académico y hasta económico-político. Porque nadie le pone precio a sus cosas si no es con la intención de venderlos o cobrar rentas, depreciarlos y deducir impuestos, etc. La economía ecológica va más allá y critica el reduccionismo ecológico muy socorrido por científicos faltos de escrúpulos que intentan anteponer la pureza de un ecosistema ante las necesidades de una población o bien que tratan de medir todo con los instrumentos clásicos de la ecología. Por cierto, la ecología podrá explicar porque migran las mariposas pero no podría decirnos porque lo hacen los mexicanos. Si algo significa, la economía ecológica es un paradigma que estudia la asignación eficiente de los recursos entre fines alternativos atendiendo las reglas de la sustentabilidad y nada más.
Vivimos en un planeta en el que aún estamos descubriendo el impacto que pueden tener nuestras decisiones respecto a su integridad. Ésta parte del texto realiza una comparación entre la economía ecológica y la economía ambiental. Los economistas ecológicos reconocen que no podemos considerar al planeta como un sistema termodinámicamente abierto en el que todos sus recursos estarán disponibles todo el tiempo; en comparación con los economistas ambientales que observan la crisis ambiental de una manera pre-analítica y no consideran "importante" el nivel de daño al planeta manteniendo una postura optimista hacia las tecnologías en desarrollo para remediar éste daño. El sistema económico es uno de los componentes principales dentro de la cultura humana y como nuestra cultura, está sometido a cambios constantes; sin embargo, la propiedad privada y la acumulación de la riqueza ha estado ausente en grandes sectores de la población mundial y la reparticiones de bienes hasta nuestros días ha sido asimétrica casi en su totalidad. Estamos aún a tiempo de propiciar reformas al sistema económico de una manera sustentable y que no ignore el hecho de que el planeta entero, no deja de ser un enorme sistema biológico en el que el mínimo desajuste en el orden que posee, tenga múltiples consecuencias que concluyan en un desajuste irremediable.
Si se quiere hacer economía ecológica se debe empezar por definir fines y medios, si el fin idílico es, por ejemplo, es la salud, la seguridad y el comfort, ninguna meta en la vida puede ser conseguir tal o cual cosa que se refiera a poseer algo. Los fines están referidos a sensaciones humanas, sean sociales o individuales, y los medios a todo el material disponible en la naturaleza y la energía que se puede usar para transformarlo. Daly se pregunta si existirá algo como un fin último, un dios o una causa de causas. ¿Para qué sirve que exprese esa duda? Tal vez con ella quiere verificar si hay algo en la naturaleza humana que pueda ser citado y baste para englobar a todos por igual, esto serviría para eliminar los puntos muertos del debate y la política económica, generaría acuerdos y programas de trabajo. Un argumento a favor de la economía ecológica es que en un mundo lleno no se puede escapar de los desastres ambientales y como todos somos parte de la vida en la tierra tendríamos un incentivo para resguardar nuestro hogar, pero ¿cuál sería la razón para que se modificara la economía, si en realidad estos pensamientos positivos solo podría impulsar una visión utópica? Se ha empezado a modificar la ciencia económica al oponer una visión ecológica que asigne eficientemente los recursos entre fines alternativos haciendo una evaluación termodinámica y pregonando el estado estacionario.
En este libro,Daly y Farley nos platican que la economía ecológica tiene tantas cosas en común como diferencias con la teoría económica neoclásica. Aclaran que un rasgo común muy importante es precisamente la definición de la economía antes mencionada. Advierten que podrán existir desacuerdos alrededor de lo que es escaso y lo que no lo es, o sobre los mecanismos de asignación de recursos: pero para estos autores no hay disputa sobre el hecho de que el objeto de la economía es el empleo eficiente de recursos escasos para fines alternativos.
Sin embargo, las cuestiones de la escasez con respecto a los recursos naturales van en gran medida sin respuesta en el estudio de la economía, por ejemplo, la economía tradicional no explica cómo las empresas seguirán funcionando sin combustibles fósiles, o cómo las personas cambian sus decisiones de compra cuando el agua limpia ya no estará disponible. La economía ecológica es un campo que intenta responder a algunas de estas preguntas y por eso es de gran importancia para los estudios de conservación.
La economía ecológica es un paradigma alternativo a la economía neoclásica. Su diferencia radica en que la economía ecológica se apoya en las leyes de la termodinámica para discutir los flujos económicos como las inyecciones y las filtraciones, para discutir el tamaño óptimo de una actividad económica y para evitar las falacias de razonamiento. La segunda ley de la termodinámica o ley de entropía establece que el calor fluye en dirección hacia el cuerpo más frio hasta alcanzar el equilibrio de temperaturas. Para que suceda lo contrario debe intervenir una fuerza de fuera del sistema con el efecto de aumentar la entropía total de los dos sistemas. Sí, eso está muy bien pero que tiene que ver con la economía. Para empezar la economía estudia la asignación óptima de recursos escasos entre fines alternativos, por ejemplo, como destinar una hectárea a la producción de lechugas o de maíz es cosa que se resuelve con una medición del beneficio que reporta cada unidad de lechugas o de maíz y como varían estas condiciones. Es muy importante medir el volumen de producción y la eficiencia con que se produce. No basta con decir que se puede sacar provecho de la producción con fertilizantes porque la medición en términos energéticos diría que una plantación mixta es más rentable, aunque no produzca tantos ingresos.
Daly es un buen maestro porque logra que en la lectura introductoria nos percatemos del debate en el seno de la economía y la propuesta del paradigma de economía ecológica. La visión de economía ecológica critica el imperialismo económico pero también el reduccionismo ecológico, se trata de una postura, no intermedia, pero si sintética porque logra sacar frutos del diálogo entre las ciencias sociales y las naturales.
La economía ecológica es un paradigma alternativo a la economía neoclásica. Su diferencia radica en que la economía ecológica se apoya en las leyes de la termodinámica para discutir los flujos económicos como las inyecciones y las filtraciones, para discutir el tamaño óptimo de una actividad económica y para evitar las falacias de razonamiento. La segunda ley de la termodinámica o ley de entropía establece que el calor fluye en dirección hacia el cuerpo más frio hasta alcanzar el equilibrio de temperaturas. Para que suceda lo contrario debe intervenir una fuerza de fuera del sistema con el efecto de aumentar la entropía total de los dos sistemas. Sí, eso está muy bien pero que tiene que ver con la economía. Para empezar la economía estudia la asignación óptima de recursos escasos entre fines alternativos, por ejemplo, como destinar una hectárea a la producción de lechugas o de maíz es cosa que se resuelve con una medición del beneficio que reporta cada unidad de lechugas o de maíz y como varían estas condiciones. Es muy importante medir el volumen de producción y la eficiencia con que se produce. No basta con decir que se puede sacar provecho de la producción con fertilizantes porque la medición en términos energéticos diría que una plantación mixta es más rentable, aunque no produzca tantos ingresos.
Daly es un buen maestro porque logra que en la lectura introductoria nos percatemos del debate en el seno de la economía y la propuesta del paradigma de economía ecológica. La visión de economía ecológica critica el imperialismo económico pero también el reduccionismo ecológico, se trata de una postura, no intermedia, pero si sintética porque logra sacar frutos del diálogo entre las ciencias sociales y las naturales.
Cuando yo decido comprar un tarro de Nescafe, la elección me ha negado la posibilidad de comprar una bolsa de café orgánico. Esta forma de pensar esquematiza el costo de oportunidad. El costo de oportunidad quiere decir la oportunidad que debe ser desechada de mayor importancia cuando realizamos otra elección. Pero ¿qué pasa cuando una acción daría como resultado un ingreso y no un costo? Por ejemplo, si yo decido contratar trabajadores para que hagan dulces he afectado mi oportunidad de hacerlos yo mismo y ahora tendré que pagar por ello, pero aun asi, lo normal es que reciba utilidades y no me halla cansado mucho en el intento. ¿Quiere decir que el costo de oportunidad lo cargan terceras personas? Después de todo que justifica que yo sea el dueño de todo el producto si solo fueron mías las materias primas y las máquinas y no el trabajador, pues este es un hombre libre. Si con esta producción afecte el medio ambiente además, el mercado no estaría mandando las señales adecuadas para que yo me detuviera.
Los economistas convencionales estudian la economía de un país como si fuera un flujo circular cerrado de bienes y servicios y dinero, pero en estos esquemas no existe un medio ambiente con el cual se relacionen por lo que el esquema es una abstracción no arbitrada. Daly propone que la economía sea estudiada como un sistema termodinámica cerrado, es decir como un sistema que recibe energía del exterior proveniente del sol pero que no recibe materiales. Criticar el modo cuadrado de pensamiento es la primer tarea de la economía ecológica. Esto es importante porque del esquema parte la contabilidad social de los ingresos de las familias, los impuestos del estado y de las utilidades de las empresas, desde que no consideran que la economía es un sistema cerrado sujeto a la ley de la entropía, los economistas no disponen de una norma científica para medir costos e ingresos y es así como pueden confundirlos y pasar un consumo de capital natural por inversión financiera.
El subsistema en estado estacionario fue pensado hace tiempo por JS Mill con lo que daba a entender que la población y el capital cesaron de crecer. Los economistas distinguen entre crecimiento y desarrollo, se piensa que en un estado estacionario el desarrollo no se detiene. Los discursos políticos dicen lo contrario, se repite una y otra vez que se requiere más empleo, más presupuesto, más de todo para eliminar las desigualdades y la pobreza económica que sufren los países subdesarrollados. Alguien está mintiendo.
La visión de un mundo lleno hace plausible al estado estacionario porque las fronteras de nuestro planeta no pueden ser superadas, no se puede consumir más de ciertos recursos que se encuentran en proporciones fijas y no pueden ser renovados en millones de años. Seguir creciendo implicaría usar más de estos recursos que tarde o temprano se agotaron y eso sí sería cancelar el desarrollo. Pero cómo seguir desarrollando el potencial humano sin crecer. No crecer equivale a mantener las cosas como están y esto por si solo conlleva un gasto, gastar recursos para darle mantenimiento al capital y sustento a la población, implicaría mantener las desigualdades entre los países estancadas, pues quien querría vivir en el Sahel pudiendo vivir en California.
Es más lógica la propuesta del estado estacionario pero creo que no basta, hacen falta profundas reformas distributivas en este mundo y hace falta también reducir algunas cosas para producir más de otras, menos armas y más pan para empezar.
Una asignación Pareto eficiente es aquella que se da cuando los recursos que poseen las personas no pueden ser redistribuidos sin que empeore la posición de alguien. Esto es una verdad de Perogrullo. Quien querría que le quitaran algo para dárselo a alguien que no conoce y quien sería este ente todopoderoso. Los economistas neoclásicos dicen que el mercado lo hace todo, pero el mercado no es una persona sino el agregado de decisiones individuales que llevan a un resultado social el mejor de todos los posibles. Esta forma de pensar es muy parecida a la letania de la abuela que dice que se hace la voluntad de Dios. Pero además de todo, sabemos que los neoclásicos son unos tecnócratas que rehúyen ante las desinformadas decisiones del pueblo sin educación. Daly sabe explotar las deficiencias pre analíticas del pensamiento neoclásico, sabe reconocer sus pocos aciertos y da como resultado la economía ecológica que es un estudio de la asignación eficiente de recursos escasos a fines alternativos atendiendo las leyes de la termodinámica.
El PIB es la medida de cuanto han costado todas las mercancías que un país produjo en un año, se reporta trimestralmente y es señal de alarma en los noticieros. Pero el PIB dice muy poco de cómo se sienten los habitantes del país durante un año. La economía ecológica critica el imperialismo económico que trata de subyugar toda la diversidad del mundo hasta verla reducida a medidas monetarias, para esta crítica es imposible determinar cuánto cuesta un árbol, tal especia, o paisaje sin que con ello se cometa un error académico y hasta económico-político. Porque nadie le pone precio a sus cosas si no es con la intención de venderlos o cobrar rentas, depreciarlos y deducir impuestos, etc. La economía ecológica va más allá y critica el reduccionismo ecológico muy socorrido por científicos faltos de escrúpulos que intentan anteponer la pureza de un ecosistema ante las necesidades de una población o bien que tratan de medir todo con los instrumentos clásicos de la ecología. Por cierto, la ecología podrá explicar porque migran las mariposas pero no podría decirnos porque lo hacen los mexicanos. Si algo significa, la economía ecológica es un paradigma que estudia la asignación eficiente de los recursos entre fines alternativos atendiendo las reglas de la sustentabilidad y nada más.
Vivimos en un planeta en el que aún estamos descubriendo el impacto que pueden tener nuestras decisiones respecto a su integridad. Ésta parte del texto realiza una comparación entre la economía ecológica y la economía ambiental. Los economistas ecológicos reconocen que no podemos considerar al planeta como un sistema termodinámicamente abierto en el que todos sus recursos estarán disponibles todo el tiempo; en comparación con los economistas ambientales que observan la crisis ambiental de una manera pre-analítica y no consideran "importante" el nivel de daño al planeta manteniendo una postura optimista hacia las tecnologías en desarrollo para remediar éste daño. El sistema económico es uno de los componentes principales dentro de la cultura humana y como nuestra cultura, está sometido a cambios constantes; sin embargo, la propiedad privada y la acumulación de la riqueza ha estado ausente en grandes sectores de la población mundial y la reparticiones de bienes hasta nuestros días ha sido asimétrica casi en su totalidad. Estamos aún a tiempo de propiciar reformas al sistema económico de una manera sustentable y que no ignore el hecho de que el planeta entero, no deja de ser un enorme sistema biológico en el que el mínimo desajuste en el orden que posee, tenga múltiples consecuencias que concluyan en un desajuste irremediable.
Si se quiere hacer economía ecológica se debe empezar por definir fines y medios, si el fin idílico es, por ejemplo, es la salud, la seguridad y el comfort, ninguna meta en la vida puede ser conseguir tal o cual cosa que se refiera a poseer algo. Los fines están referidos a sensaciones humanas, sean sociales o individuales, y los medios a todo el material disponible en la naturaleza y la energía que se puede usar para transformarlo. Daly se pregunta si existirá algo como un fin último, un dios o una causa de causas. ¿Para qué sirve que exprese esa duda? Tal vez con ella quiere verificar si hay algo en la naturaleza humana que pueda ser citado y baste para englobar a todos por igual, esto serviría para eliminar los puntos muertos del debate y la política económica, generaría acuerdos y programas de trabajo. Un argumento a favor de la economía ecológica es que en un mundo lleno no se puede escapar de los desastres ambientales y como todos somos parte de la vida en la tierra tendríamos un incentivo para resguardar nuestro hogar, pero ¿cuál sería la razón para que se modificara la economía, si en realidad estos pensamientos positivos solo podría impulsar una visión utópica? Se ha empezado a modificar la ciencia económica al oponer una visión ecológica que asigne eficientemente los recursos entre fines alternativos haciendo una evaluación termodinámica y pregonando el estado estacionario.