Plant Thinking

Ago 8, 2014 by

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  1. Anónimo

    Fue un texto interesante. Esto de analizar las naturalezas no humanas es interesante, porque nuestra concepción del mundo si se limita a mucho de cómo es que nosotros vemos al mundo y no de darnos cuenta de cómo vive el otro. Por un lado esta forma de percibir el mundo se ve reflejada en un sinfín de cosas como esta dicotomía de platas y animales, es interesante como se ha planteado esta concesión de lo que ser una planta significa, un ser incompleto, un ser sin alma, un ser que no esta lo suficientemente vivo por que no se mueve. Pero esa es la parte interesante del texto de como pensamos a las plantas como lo que son, de como se sientes a ellas mismas como lo que son, que no se sienten como nosotros, como el ejemplo de buscar esta simetría bilateral en ellas cuando es un concepto que no tiene que ver con ellas, o la parte de pensar cual son sus deseos, si tienen lenguaje, si tienen sociedades, si tienen ideales y bueno si tienen pensamiento. Cuestiones de la cuales estamos familiarizados en pensar que tienen los demás pero es saber que la vida no se limita a eso y que hay formas de vida mas allá de nuestra concepción, quizá el mejor ejemplo sea el sistema nervioso, en el que nos basamos para decidir como es la percepción de los demás seres acerca del mundo interesante ya que al ser un clado distinto las plantas no tienen un sistema nervioso, pero tienen cosas que llamamos embriones, hormonas, sexos, de forma que nos dan un acercamiento de como podemos entender a otros seres desde su forma de ser y que existen otro tipo de naturalezas, y como dice al concluir el capitulo uno si de esa forma podemos agregar eso a nuestra forma de interactuar y valorar nuestra convivencia con las plantas.
    ATTE: Moises Rangel

  2. En este texto nos habla acerca de los pensamiento que se tienen sobre las plantas, que si las plantas tengan un alma; o como en el caso del pensamiento griego asociaban la vida con la movilidad, pero las plantas no están del todo limitadas para moverse y de hecho su etimología significa algo que esta con vida, mas sin embargo la palabra actualmente es usada para relacionarlo con algo que de forma inactiva.
    De hecho las plantas presentan tres de los cuatro tipos que describe Aristostes en De anima, en los cuales uno se puede mover por alterar el estado, crecer y descomponerse, sin pensar en el cambio de posición, por lo que las plantas son capaces de “moverse”; sin embargo Aristostes no cree que las plantas tengas alma, los pone como un animal defectuoso.
    Por otro lado a las plantas se le como un material y por ende una materia inerte. Otros como Plato decía que las plantas podían sentir, otros que tienen deseos (débiles como el hambre), también dicen que la planta es un “conglomerado de almas” porque al ser cortado sigue viviendo, considerándolo otro tipo de alma, que además se puede reproducir.
    En otros casos ponen analogías entre lo humano y la planta como la flor como parte de la cabeza humana, idealismos en el que ponen a la floración como algo espiritual, las raíces como algo material. Desde la perspectiva ambiental la planta está en medio, como una intersección, tierra y cielo; luz y obscuridad, viendo de esta forma que a las plantas se le romantiza.
    Yo por mi parte, las plantas están vivas y aunque no se muevan tiene reacciones a estímulos externos, es decir pueden interactuar con el mundo.

  3. Estamos acostumbrados a ver el mundo como un espacio, lleno de recursos, que puede ser arrasado. La biología nos dice, a través de la teoría celular, que tanto animales como plantas son seres vivos. A pesar de este principio es claro que hay una preferencia ambiental sobre unos organismos.
    La gran escala del ser sigue presente. A pesar de la teoría de descendencia con modificaciones, la idea imperante que sostiene la superioridad de organismos sobre otros se mantienen. En lo personal me parece interesante el porqué se le da mayor importancia a los animales, como sujetos vulnerables, en comparación a las plantas.
    Sin duda alguna vivimos envueltos en miles de centrismos, algunos disfrazados quizás y otros muy evidentes. Es importante reconocer que a pesar de que con ellos medimos y juzgamos lo ajeno no dejan de ser un paradigma más.
    Esta lectura me gustó mucho pues explora el pasado metafísico que sostiene la concepción de las plantas como organismos pasivo, estáticos. Esta idea vino del concepto de “alma” de Aristoteles. El alma para Aristoteles estaba ligada al movimiento.
    Aristioteles menciona en De anima que las plantas tenían movimiento. Estas presentaban: Alteración de su estado, crecimiento y descomposición.
    Esto aparente movilidad concedía alma a las plantas, pero… ¿Era esta igual a la de los animales? ¿Se reconocía a las plantas como tales?
    Las plantas eran vistas como animales imperfectos y por ello no se sabía en donde ubicarlos dentro de la materia viva o en la materia inerte.
    Este texto además recurre a diversas posturas filosóficas para llegar a un punto importante. El reconocimiento de los otros. Con esta idea se pretende reconocer ya no solo al animal sino también a la planta como organismos que tiene un fin y que puede estar en mejores condiciones.

  4. Anónimo

    Fue una lectura interesante. Seguimos viendo esta cuestión de ver al mundo de una forma distinta a la que generalmente conocemos, es cierto que estamos acostumbrados a ver la vida como movimiento, y en esta cuestión que habla acerca de la libertad de las plantas en donde el no tener movimiento las convierte en un cristal vivo, que pareciera un ser inanimado por su naturaleza de estar rígido por como sus células se estructuran, en donde el significado de la libertar seria el ser de la forma en la que quisieran, en formar o no parte de esta forma de ser plantas, aunque también habla de cierta indiferencia en donde de igual manera se trata de ver cuestiones a las que estamos comúnmente familiarizados que es el reconocimiento del mundo externo, pero se pone interesante cuando menciona esta parte de que vemos a las plantas de cierta forma como materiales y que había que preguntarse qué es lo que las plantas quisieran, de como se sienten al ser tratadas como tales. Pero también habla de la sabiduría de las plantas en donde esta interesante esta forma de pensar en donde se cuestiona si las plantas tienen memoria, y se pone el ejemplo de la mimosa en donde no hay un reconocimiento y no hay memoria de la interacción, por ultimo habla de este deseo sexual que conocemos como humanos pero que si vamos a otros seres vivos como las plantas encontramos otra cuestión interesante en donde podría haber un deseo por llevar a cabo ciertas acciones como ponerse al sol obtener nutrientes y fecundar pero que a final de cuentas en una naturaleza distinta en la que el hecho de fecundar y de verse como un sexo y el de encontrar a otro son formas de vivir completamente distintas.
    ATTE: Moises Rangel

  5. En los capítulos 4 y 5, se habla de sí nosotros ¿podemos plantearnos el que las plantas tengan libertad? En donde el autor nos da varios pensamientos de otros autores entre los cuales me llamo a mí la atención que en el pensamiento de Kant y Hegel, consideran a las plantas como una unidad geométrica sin unidad, es decir lo ven como una herramienta, un material, y por ende no hay libertad en ella; de hecho algunos otros piensan en las plantas como un cristal. Por otro lado hay quienes dicen que al tener ellas una indefinición de su finalidad, que, deja vacante el espacio de libertad y elimina las plantas desde la posición circunscrita e inferior en la cadena teleológica normalmente asignado a otros, viendo así que hay pensamientos en cada uno de los polo, a favor y en contra.
    También se habla de la sabiduría, el pensamiento en ellas; en el cual puedo estar de acuerdo en que las plantas lo hacen de una manera “inconsciente intencionalmente”; como en el caso de los humanos con los traumas que olvidan, dando como ejemplo a la mimosa que se contrae al ser tocada. Además se mencionan que las plantas presentan dos maneras no consientes: como la de busca alimento y la de reproducirse.
    A lo que a mí me lleva a cuestionarme de la necesidad de poner a las plantas de una forma antropocéntrica, que lleva al pensamiento en ella de que ellas no tienen alma, que no piensan; pero lo que se debería hacer, es verlo de desde otras perspectivas fuera de lo antropocéntrico ya que existen muchas otras formas de ser.

  6. Fernando Pedraza

    Los primeros dos capítulos del texto exploran las posibilidades del alma y el cuerpo de las plantas. Las plantas han sido descritas como seres ontológicamente defectuosos, ubicados en los peldaños más bajos de la escalera teleológica. Al mismo tiempo que la palabra vegetal es sinónimo de pasividad e inactividad, la vegetación puede ser concebida como animada, viva, fluorescente y creciente. Sin duda las plantas representan una paradoja a nuestra manera de concebir los seres vivos y cómo interactuamos con ellos. El autor denuncia el comportamiento heterótrofo que tenemos ante las plantas, donde son vistas como simples recursos listos para ser consumidos. Inclusive, se ha llegado a plantear que la planta sólo logra su propósito cuando es consumida por un animal. Esta visión de utilidad de las plantas no se limita a la industria alimenticia, sino también a esfuerzos de restauración donde son concebidas como servicios ecosistémicos. Parece ser que el capitalismo ha permeado en la manera en cómo entendemos a los seres vivos, serían de esta manera productos consumibles ¿Qué opinarían las plantas sobre la forma en la que nosotros interactuamos con ellas? ¿Podemos preguntarnos algo así? El autor defiende el pensamiento débil (propio de las plantas), donde se busca protegerlas del constante engullimiento al que son sujetas tanto por humanos, así como animales no humanos. No sólo se trata de salvar a la planta para ella, sino para permitirnos buscar lo que hay de planta en los seres humanos. Las plantas despliegan sorprendentes capacidades como la capacidad de fundirse con otros, de no presentar un ego, de vivir en comunión con la Tierra y demás seres. Darle voz a las plantas, nos puede llevar hacia un proyecto político que impulse cambios sentados en los “valores” vegetales. Sin duda reconocer a la planta como un ser vivo con cuerpo y alma es un ejercicio complicado puesto que hemos sido formados para tratarlas de otra manera. Sin embargo, las posibilidades que se abren cuando nos movemos hacia una visión de “plant-thinking” son tantas que no vale la pena dejarlas escapar.

  7. Fernando Pedraza

    Las plantas cuestionan todo y tienen el potencial de cambiarnos a través de la búsqueda de lo planta en lo humano. Las plantas obtienen su libertad como consecuencia de su exclusión de la concepción teleológica de la naturaleza. Así mismo son artífices de su naturaleza indefinida ya que destruyen las barreras entre vivo y no vivo. De esta manera la planta libera a todo lo estático de la naturaleza, a la Tierra por completo. Por otra parte, históricamente hemos descrito a la naturaleza desde una visión antropocéntrica, donde buscamos el propósito, las necesidades y los deseos; es una visión donde el ego reina. Sin embargo, la planta también se opone a esta visión o más bien le es indiferente. La planta no busca el beneficio de sí misma, sino el beneficio del todo. La esencia vegetal depende de su falta de identidad que la hace inseparable del ambiente donde vive. Así mismo el conocimiento de las plantas no es guardado en la conciencia interna, sino circula en su superficie y es de todos, no de ella. A lo largo de la historia se ha referido al movimiento de las plantas hacia la luz cuando se piensa sobre cómo pensamos, sobre el conocimiento. Las plantas podrían proveer de la luz para el desplazamiento hacia otra forma de ver. La contemplación de las plantas y el desplazamiento hacia una forma de pensar distinta, propone el autor, nos puede “liberar del mundo de las necesidades y del valor de la eficiencia y productividad”.

  8. Esta lectura me fue difícil de digerir ya que en los primeros capítulos habla del alma de las plantas. Comienza con una descripción de la visión de las plantas como imperfectas, como un ser débil e inferior que le falta algo, por ser pasivo.
    También se ha dicho que las plantas son deficientes a lado de las almas de los animales o humanos, (antropocentrismo y zoocentrismo). Se jerarquiza la naturaleza. Al tenerlas en otro nivel inferior a nosotros se ven como un objeto que sólo sirven para autoconsumo.
    Por otro lado habla sobre otro forma de examinar el mundo de las plantas desde su propia perspectiva. Al pensarnos como superiores, el otro deja de ser semejante por lo que se habla de la hermeneutica fenomenologica, es decir de cómo ves al otro y reconocerlo. Pienso que tiene razón que debemos de voltear, ponernos en los zapatos de otros organismos y dejar de pensar que los humanos somos lo superior en el planeta.

  9. Los siguientes capítulos de este libro fueron más fáciles, en primera instancia habla sobre la libertad de las plantas. La libertad tiene varios significados uno de ellos se refiere a la posibilidad de una entidad de ser de otra manera a la que es (ponernos en los zapatos de otros) en este caso las plantas no lo son ya que originalmente son determinadas desde el nacimiento aunque no sólo es algo en la naturaleza ya que tiene crecimiento y es indefinido, tiene libertad a su manera. Se tiene que traducir en un estilo de vida, la vida vegetal merece respeto, respetar el tiempo (estacionalidad, ciclos) subalterno por su silencio. No violar la dignidad del ser verlo como un ser vivo, no un objeto o producto.
    Por otro lado habla de la sabiduría de las plantas, pensando en si las plantas tienen recuerdos o memoria, expone varios ejemplos terminando con que tienen una autonomía, que decide por sí sola.

  10. El texto de Michael Marder es difícil de leer y de entender, sin embargo, creo que rescata una parte muy bonita de la vida.
    En términos generales, Marder intenta romper con un paradigma ancestral de la planta como un objeto de uso humano. En este sentido, Marder usa 3 líneas de pensamiento filosófico: la hermeneutica fenomenológica, la deconstrucción y el pensamiento débil. En este sentido, propone (no explicitamente) que a través de estos tres enfoques, se puede reivindicar a la planta y al gran sistema que se ha manifestado hasta nuestros días.
    En términos generales, los primeros dos capítulos exploran el alma y el cuerpo de la planta, usando varios ejemplos para sustentar las corrientes de pensamiento utilizadas. Toma en cuenta a la hermeneutica fenomenológica como la posibilidad de encontrar a la planta y entender que es un sujeto Heideggeriano. Un poco la idea es el reconocimiento de alteridades que llevan a encontrarse muchas multiplicidades y que se pregunta en forma de ¿pueden las plantas encontrarse conmigo?
    En su segunda línea deconstructivista, relee a la filosofía para encontrarse con una crítica a los centrismos. En este sentido, propone una deconstrucción de la metafísica para que pueda ser posible la concepción de una naturaleza no jerarquizada, no antropocéntrica. En esta parte, el autor habla de la concepción antropocéntrica de la planta, pensando en que no tienen una cabeza ni tienen intestinos. Una vez más, critica la referencia al antropocentrismo en el sentido en que somos lo que comemos porque lo que tenemos en la cabeza lo tenemos en el intestino. En este sentido, como las plantas no tienen vísceras, entonces las plantas no tienen una identidad psíquica. Al criticar esta visión generalizada que se tiene de las plantas, Marder hace notar que la filosofía occidental se alimenta de las alteridades para seguir sosteniendo un occidente bárbaro. Esos diferentes modos que se encuentra los engulle (se los come) – encuentra al otro y se alimenta de él. La crítica al antropocentrismo y al zoocentrismo sigue esta misma línea para concluir que el capitalismo está atado a la metafísica porque sigue un zoocentrismo: lo otro lo hago propio (a veces de maneras muy sutiles), lo subsumo.
    Al final, se pregunta resulta un poco más difícil de asimilar. Reivindica el "pensamiento débil" recuperando el concepto de debilidad como algo bueno. La idea de una voz débil, como la de las plantas, es que sus palabras y su voz no son para someter, sino para darle a otro la palabra bajo la misma posición. Es aquí donde el trabajo de pensamiento débil de Marder se intersecta con la hermeneutica fenomenológica, en donde la planta con palabra no sea encontrado como un objeto de estudio o como alimento, sino ocmo un otro que encuentro y que me puede encontrar.
    De esta forma, el autor rescata todas las superficialidades – alma, morfología y naturaleza – de las plantas para reivindicar un nuevo modelo de pensamiento y de vida, en el cual pareciera que si lo logramos hacer con las plantas, podríamos resolver muchos problemas a escalas sociales que hoy por hoy nos aquejan.

  11. González Jaramillo Surya Ivonne.
    ¿Qué es el alma? ¿Los animales tienen alma? ¿las plantas tienen alma? ¿todos los seres vivos tienen alma? Esas son las preguntas que como biólogos en algún momento nos hemos preguntado y que en este texto que en general, aborda utilizando como ejemplo a las plantas, las cuales han sido, a lo largo de la historia descritas en base a un modelo animal, diciendo si tienen movimiento o no, si sienten o no, si tienen alma o no, y se han tomado sólo como alimento, como remedio medicinal o como un recurso natural maderable, el texto fue muy bonito ya que hace que nos cuestionemos acerca de si estamos reconociendo a una planta o cualquier otro organismo por lo que es; un ser vivo diferente a nosotros, o por una idea errónea que nos hemos establecido y formado de ella, este texto cuestiona e intenta tirar el paradigma zoocentrista y antropocentrista con el que se formulan los modelos vegetales y de los demás seres vivos.
    Los biólogos necesitamos crear otro tipo de modelos tanto vegetales como animales que no se vean sesgados hacia los modelos humanos, los biólogos estudiamos la vida e intentamos describirla y difícilmente esas descripciones están lejos de la realidad porque se ven influidas por lo que sentimos, pensamos y creemos, pero en la medida de lo posible esto debe cambiarse, también debemos dejar de ver a las plantas y cualquier otro ser vivo como un recurso solamente, ya que al tener vida tiene derecho de ser libre y respetado como cualquier ser humano.

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